Esta fue una visita que hicimos al centro de Alzheimer de Bollullos que nos propusieron las catequistas para estar una rato con las personas de allí, y que se distrajeran un rato con nosotros.
Cuando fuimos preparamos un pequeño teatro donde representamos el nacimiento de Jesús, después estuvimos cantando villancicos con los ancianos, y por último, les repartimos a todas las personas que se encontraban allí, incluidos a los cuidadores, unos corazones hechos por nosotros al que le pusimos a cada uno de ellos alguna frase que nos gustaba.
Pasamos una buena mañana todos allí, nosotros contentos por hacer algo por otras personas que le hicieran bien, que estuvieran contentos, que se distrajeran...y a ellos también se les veía contentos por que estuviéramos allí compartiendo un rato con ellos.
No hace falta mucho para hacer felices a las personas, aunque sea por un rato, o por lo menos que vean que hay gente que se preocupa por ellas o que no le importa pasar un rato con ellas para que se lo pasen bien, simplemente distraerlas un poco de su rutina, siempre le viene bien a todo el mundo, y más a las personas de allí, que necesitan más cariño, cuidarlas más...recordarles que hay gente que los quiere.
Todos estábamos muy ilusionados al ir al centro del Alzheimer porque era uno de nuestros primeros encuentros. Para mi fue una impresión muy buena la que me llevé de allí, me sentí muy bien al ver contentos y sonriendo a los ancianos por cosas que nosotros teníamos preparadas para ellos. Nos acogieron muy bien y volvería a ir para ayudarlos en lo que sea, o para pasar otro rato con ellos.
Fátima Rodríguez Calero 4º B
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