Cuando visité el seminario me causo un gran respeto. Fuimos todos los que nos confirmamos en ese año. Es un lugar de encuentro que esta abierto a todo el mundo, en este centro se pueden reunir grupos de hermandades, asociaciones y por supuesto grupos de jóvenes donde se enriquecen nuestra formación. Nuestro grupo junto con nuestras catequista fuimos con mucha ilusión porque allí se encuentra estudiando para sacerdote un joven de nuestro pueblo, el cual nos estaba esperando muy ilusionado. El nos contó que había sentido la llamada del Señor y por eso estaba allí para ponerse al servicio de la iglesia. Él, nuestro amigo Manolito que asín le decimos nosotros nos enseño todo el Seminario y en la capilla hicimos un tiempo de oración donde participamos todos.
Ami personalmente me gusto mucho la experiencia, la cual me gustaría repetir con todo el grupo porque de todas las que hemos hechos a sido la más importante.
Pedro Fernández Beltrán
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